Título original: All the bright places

Violet está rota. Finch está roto. ¿Pueden dos mitades rotas reconstruirse? Esta es la historia de una chica que aprende a vivir de un chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para empezar a vivirlos.

El libro está escrito desde los puntos de vistas de Violet y Finch. Es una forma de narrar la historia que me gusta, ya que te permite conocer mejor a cada personaje.

Sin duda Finch es un amor de personaje. Desde el principio de la novela me cayó bien, aunque mientras iba transcurriendo la historia me confundía. A veces contaba algunos hechos o simplemente explicaba cosas que hacía, y yo no lo entendía.  Al final del libro el personaje de Finch tiene más sentido en verdad. Su problema mental es algo que la autora no taca mucho hasta casi al final del libro.

Violet en cambio me era un poco indiferente. No llegué a empatizar con ella, me parecía demasiada niñata en ocasiones. Pero un punto a favor es como la autora, atreves de Violet explica la diferencia entre como ella se toma su enfermedad mental y como lo hace Finch.

Aunque el libro me ha gusta bastante y me ha hecho llorar, hay algunas cosas que no me han acabado de gustar.

Por ejemplo, el romance entre los dos personajes me pareció bonito, pero había demasiadas partes donde simplemente eran muy cutres y super cliché. Otro punto negativo de este libro es que al principio cuesta bastante de engancharse y coger el filo.

Y para terminar decir que uno de las cosas que más me ha cabreado es que nadie se tomara enserio lo que le pasaba a Finch. Su familia y dos de sus amigos sabían que algo no iba bien. Pero nadie hizo nada para cambiar eso, y por eso el libro acaba como acaba.

4/5. El libro me ha gustado, aunque pienso que la autora debería de haber evitado el final trágico, y hacer de este libro algo más positivo. Pero, en general ha sido una buena lectura.